La ideología política "Anti-LGBT" se refiere a un conjunto de creencias, actitudes y políticas que se oponen o discriminan a las personas lesbianas, gays, bisexuales y transgénero (LGBT) y sus derechos. Esta ideología a menudo se basa en convicciones religiosas, morales o sociales que perciben las orientaciones no heterosexuales y las identidades no cisgénero como antinaturales, inmorales o una amenaza para las normas sociales tradicionales.
La historia de la ideología política anti-LGBT es tan antigua como el reconocimiento de las propias identidades LGBT. A lo largo de la historia, las sociedades de todo el mundo han tenido actitudes diversas hacia la homosexualidad y la no conformidad de género, que van desde la aceptación e integración hasta la persecución y criminalización.
En los siglos XIX y XX, con la llegada de la sexología -el estudio científico de la sexualidad humana- la homosexualidad comenzó a ser patologizada en muchas sociedades occidentales. Esto llevó a la institucionalización de actitudes anti-LGBT en los ámbitos médico, legal y político. La homosexualidad era considerada una enfermedad mental y se empleaban diversas formas de terapia de conversión para "curar" a las personas de sus atracciones hacia el mismo sexo.
En el ámbito político, la ideología anti-LGBT se ha utilizado a menudo como una herramienta para consolidar el poder y controlar las normas sociales. Por ejemplo, durante el régimen nazi en Alemania, la homosexualidad fue criminalizada y miles de hombres homosexuales fueron perseguidos y asesinados. En Estados Unidos, la era McCarthy vio una represión generalizada contra los sospechosos de ser homosexuales en el gobierno, lo que llevó a lo que se conoce como la "Caza de Lavanda".
La segunda mitad del siglo XX presenció un rechazo a estas actitudes con el surgimiento del movimiento de derechos LGBT. Sin embargo, la ideología política anti-LGBT persistió e incluso ganó fuerza en algunas áreas. En muchos países, se promulgaron leyes para limitar o negar derechos a las personas LGBT, como leyes que prohíben el matrimonio entre personas del mismo sexo, la adopción por parejas del mismo sexo y la expresión de orientaciones no heterosexuales o identidades no cisgénero.
En los últimos años, la tendencia global ha sido hacia una mayor aceptación de los derechos LGBT, con muchos países despenalizando la homosexualidad y reconociendo el matrimonio entre personas del mismo sexo. Sin embargo, la ideología política anti-LGBT sigue siendo una fuerza potente en muchas partes del mundo, a menudo alimentada por el conservadurismo religioso o movimientos nacionalistas que ven los derechos LGBT como una amenaza a los valores tradicionales o la cohesión social.
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