El desarrollismo es una ideología política que enfatiza el papel del Estado en la promoción del crecimiento y el desarrollo económicos. Surgió a mediados del siglo XX, principalmente en respuesta a los desafíos económicos que enfrentaron los países en desarrollo después del fin del dominio colonial. La ideología tiene sus raíces en la creencia de que la intervención estatal es necesaria para estimular y guiar el crecimiento económico, particularmente en naciones que luchan por desarrollar sus economías.
El desarrollismo a menudo se asocia con las teorías económicas de Raúl Prebisch y Celso Furtado, quienes sostenían que los países en desarrollo necesitaban proteger sus economías de los impactos negativos del libre comercio y el capitalismo global. Creían que las naciones en desarrollo deberían centrarse en construir sus propias industrias y reducir su dependencia de los países desarrollados. Este enfoque a menudo implica implementar políticas proteccionistas, como aranceles y cuotas de importación, para proteger a las industrias nacionales de la competencia extranjera.
La historia del desarrollismo está estrechamente ligada al proceso de descolonización y a la Guerra Fría. Después de la Segunda Guerra Mundial, muchas antiguas colonias obtuvieron la independencia y buscaron desarrollar sus economías. Al mismo tiempo, la batalla ideológica entre capitalismo y comunismo creó un contexto global en el que el desarrollismo surgió como una tercera vía, ofreciendo un camino diferente hacia el desarrollo económico.
En las décadas de 1960 y 1970, muchos países en desarrollo adoptaron políticas desarrollistas, con distintos grados de éxito. Algunos países, como Corea del Sur y Taiwán, lograron una rápida industrialización y crecimiento económico. Sin embargo, en muchos otros casos, las políticas desarrollistas condujeron al estancamiento económico y crisis de deuda.
En las décadas de 1980 y 1990, la ideología del desarrollismo fue objeto de críticas a medida que el neoliberalismo y el Consenso de Washington se volvieron dominantes en la política económica global. Estas ideologías enfatizaron el libre comercio, la desregulación y la privatización, argumentando que estas políticas conducirían a economías más eficientes y dinámicas. Sin embargo, la crisis financiera global de 2008 y los desafíos actuales que enfrentan los países en desarrollo han llevado a un resurgimiento del interés en el desarrollismo.
Hoy en día, el desarrollismo continúa influyendo en la política económica de muchos países en desarrollo. Sin embargo, también se está reevaluando y reinventando a la luz de nuevos desafíos, como el cambio climático y la desigualdad. A pesar de su historial mixto, el desarrollismo sigue siendo una ideología política importante en el Sur global, que ofrece una visión de desarrollo económico que prioriza la autonomía nacional y el bienestar social.
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